Ser respetuoso con el medio ambiente con un presupuesto de estudiante

Cómo ser respetuoso con el medio ambiente con un presupuesto de estudiante

Afortunadamente, parece que todo el mundo se ha dado cuenta de que tenemos que empezar a tratar al Planeta Tierra mucho mejor de lo que lo hemos estado haciendo hasta ahora. Todos podemos aportar nuestro granito de arena, y no sólo las medidas audaces y costosas (como adquirir paneles solares) marcan la diferencia: cualquiera y todo el mundo puede implicarse, incluidos los estudiantes como tú.

Aquí tienes algunas formas sencillas y razonables de aportar tu granito de arena.

Evita el plástico de un solo uso siempre que sea posible

Todos sabemos que el plástico de un solo uso es perjudicial para el medio ambiente, pero es bastante difícil evitarlo cuando compramos alimentos. Botellas de leche, cajas de fruta, bandejas de carne, botellas de bebidas, bolsas de basura... todo suma. Y a pesar de los crecientes esfuerzos por reciclar en todo el mundo, el hecho es que millones de toneladas de este plástico de un solo uso acaban en nuestros océanos cada año.

Evitar por completo el plástico de un solo uso puede ser casi imposible, pero hay varias formas inteligentes de que al menos evitemos parte de él:

• Compra una botella de bebidas de acero inoxidable. Olvídate de las cajas de agua mineral. Hazte con una jarra de agua Brita (unos 20 €) y una botella de acero inoxidable (unos 10 €), y ya tienes tu fuente de agua limpia y agradable. Asegúrate de que la botella que compres sea de acero inoxidable, porque las fabricadas con otros metales (como el aluminio) pueden ser perjudiciales para la salud a largo plazo.
• Consigue bolsas reutilizables. La tasa de 5 céntimos por las bolsas es bastante molesta, pero en realidad tiene un impacto positivo en la lucha contra el plástico innecesario. Si las resistentes bolsas de toda la vida de las cajas de los supermercados no te convencen (desde el punto de vista estilístico), puedes llevarte tus propias bolsas cada vez que vayas a hacer la compra: internet está lleno de bonitas bolsas de mano y de lona que cumplen perfectamente su función. Esta inversión no te ahorrará realmente dinero (al menos no de forma inmediata), pero tampoco te arruinará y salvarás el planeta, que es lo que realmente pretendemos. Cuantas menos bolsas compremos, menos acabarán en nuestros vertederos, en nuestras calles y en nuestros océanos.
• Compra fruta y verdura a granel. Comprar fruta y verdura en verdulerías y puestos de mercado a la antigua usanza puede ser más caro que comprar en los supermercados, pero no mucho más caro - y, además, los productos de estos vendedores suelen ser mucho más frescos y sabrosos.
• Boicotea las pajitas de plástico. La próxima vez que vayas a tomar algo por la noche o en un restaurante de comida rápida, intenta prescindir de la pajita: es muy probable que acabe en el océano, dentro y entre todas esas hermosas criaturas. Si necesitas algo más para convencerte, busca en Google "tortuga marina con pajita de plástico en la nariz": un vídeo bastante perturbador, como puedes imaginar.

Come menos lácteos y menos carne

No te estamos sugiriendo que te vuelvas vegetariano o vegano, ¡a menos que quieras o que ya lo seas! - porque sabemos lo difícil que es. Por ejemplo, es difícil imaginar la vida sin queso. Pero reducir el consumo de carne y productos lácteos es bastante factible para todo el mundo, y es mucho más fácil de lo que parece a primera vista. Pero, sobre todo, es bueno para el planeta. ¿Cómo de bueno? Bueno, digámoslo así: la producción de carne roja produce más emisiones de carbono que el uso de automóviles. Es una cifra bastante disparatada, ¿verdad?

Si todos los habitantes de la Tierra hicieran pequeños sacrificios en lo que respecta a los lácteos y la carne, estos esfuerzos supondrían colectivamente grandes diferencias para la salud del medio ambiente.

Por supuesto, sigue comiendo tu halloumi frito, tu feta desmenuzado y tu queso cheddar cremoso, pero intenta equilibrarlo tomando sustitutos lácteos en otros sitios, como leche no láctea en los cereales o en el té y el café, o cremas para untar a base de aceitunas en lugar de mantequilla. Claro que te costará un poco acostumbrarte al sabor de estos sustitutos, pero al cabo de un tiempo ni siquiera pensarás en ello. Por el contrario, si te encanta la leche de vaca pero no te entusiasma el queso, renuncia a éste.

Lo mismo se aplica a la carne: date el capricho de comer un buen filete o una hamburguesa con bacon cuando te apetezca, pero evita comer carne porque sí. Un plato de comida sigue siendo una comida aunque no contenga carne.

El curry es un tipo de plato en el que podría decirse que la carne es sólo relleno. Claro que un jalfrezi de cordero un sábado por la noche es una delicia innegable, pero hay muchos otros sabores en ese plato, sabores más atrevidos y distintivos. La carne no es necesaria siempre. Plus Además, hay muy pocas verduras que no funcionen bien en el curry, así que puedes meter prácticamente cualquiera para rellenarlo.

Lo mismo ocurre con los espaguetis y la pasta. ¿Realmente necesitas los trozos de pollo o la carne picada en esa rica salsa? ¿Acaso el tomate, la cebolla y el ajo no hacen la mayor parte del trabajo? Si necesitas algo masticable para sustituir la carne, opta por champiñones o incluso lentejas para una boloñesa vegetariana.

Además, desde una perspectiva puramente egoísta y económica, reducir la carne es mejor para tu bolsillo, y significa más dinero para esas noches de fiesta o esos fines de semana fuera explorando otras partes de Reino Unido.

Toma duchas tácticas

Sólo el 1% del agua de la Tierra está disponible para nuestro consumo. El resto se encuentra en los océanos y, por tanto, es demasiado salada para que la utilicemos, o está congelada en los casquetes polares. Como tal, el agua es realmente preciosa -no un recurso mágicamente ilimitado-, por lo que los terrícolas debemos trabajar colectivamente para reducir el despilfarro de agua.

Si te duchas en vez de bañarte, ya estás haciendo algo bueno. Dicen que un baño normal consume unos 80 litros de agua, mientras que una ducha de cinco minutos consume unos 45 litros.

Pero 45 litros siguen siendo mucha agua para limpiarnos cada mañana, ¿no? Podemos utilizar fácilmente menos agua y seguir estando limpísimos. He aquí cómo...

En lugar de tener la ducha encendida durante los cinco minutos que estés en ella, déjala encendida durante 30 segundos al principio para mojarte, y luego apágala mientras te aplicas el gel de ducha, el lavado de cara, el champú, etc. (Plus, hacerlo así significa que realmente llegarás a enjabonarte correctamente en lugar de lavártelo todo en cuanto se encienda). Después, cuando la espuma te cubra y te haga parecer una nube, vuelve a abrir la ducha durante un minuto más o menos para aclarar la espuma. En total, son unos 14-18 litros (o 25-32 pintas).

Aquí tienes otras formas de ahorrar agua:

• Cierra el grifo cuando te estés cepillando los dientes
• Hierve sólo la cantidad exacta de agua que necesites cada vez que utilices el hervidor (llena tu taza -o las tazas que quieras- de agua y viértela en el hervidor).
• Utiliza sólo un poco de agua caliente para crear la espuma jabonosa que necesitas para fregar; no hace falta que llenes el fregadero hasta la mitad y lo sumerjas todo.
• Guarda la ropa sucia para cuando tengas una lavadora llena (obviamente, asegúrate de seguir lavando la ropa blanca y la de color por separado).

Ve a pie, en bici o en autobús, en vez de en coche

Tener tu propio coche te da mucha libertad para ir donde quieras, cuando quieras, pero con más vehículos en las carreteras, el medio ambiente sufre más emisiones de carbono.

No estamos diciendo que no te lleves tu propio coche a la universidad: sabemos que te facilita el viaje a casa para ver a la familia y que te permite escaparte un día o dos. Pero cuando se trata de desplazamientos cotidianos mientras estás en tu ciudad universitaria, como ir al McDonald's, al cine o al supermercado, ¿realmente necesitas ir en coche? Probablemente no. Lo único que decimos es que si puedes ir andando, en bici o en autobús, a la larga será mejor para el Planeta Tierra.

Esto también te ahorrará dinero, poco o mucho, según cuál sea tu situación actual con el coche. Si tienes coche y piensas llevarlo a la universidad, utilizarlo sólo para viajes largos hará que tu gasto en gasolina sea mucho menor. Si has decidido que no necesitas coger el coche para nada y prefieres ir en bici o andando a la mayoría de los sitios, no tendrás ninguno de los gastos que supone tener un coche.

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