Sabes que el principal objetivo de la universidad, si lo reduces a su mínima expresión, es obtener una educación de la máxima calidad y un título que te permita desarrollar una carrera profesional satisfactoria.
Sin embargo, el desarrollo académico no debe ser tu único objetivo. También es el momento de descubrir quién eres realmente, para convertirte en la persona que quieres ser.
Una de las muchas bellezas de la universidad es que puedes ser tú mismo y perseguir tus verdaderos intereses, posiblemente por primera vez. Es natural seguir a la multitud en la escuela y en la universidad, al menos en ciertos aspectos. Pero en la universidad no se espera que lo hagas.
Entonces, ¿cómo puedes encontrar compañeros que compartan tus intereses? Y, lo que es igual de importante, ¿cómo puedes entablar amistad con ellos?
Éste es nuestro consejo.
Únete a una Sociedad o a un Club (¡o a varios!)
Algunas personas tienen la idea preconcebida de que las sociedades son cojas, pero intenta mantener la mente abierta en este caso.
Si tienes una pasión en particular, o quieres desarrollarla, probablemente haya una sociedad para ello en tu universidad, que te pondrá en contacto con un montón de gente con ideas afines. En otras palabras, ¡el material ideal para hacer amigos!
He aquí algunos ejemplos:
Sociedades deportivas. Tanto si te gusta correr como el rugby, el bádminton o el fútbol, no serás el único.
Sociedades gastronómicas. Pueden ser desde sociedades generales de apreciación de la comida hasta otras muy específicas, como los clubes de curry.
Sociedades artísticas. Si eres un lector voraz o un cinéfilo ávido, tiene mucho sentido que te unas al club de lectura o a la asociación de cine de tu universidad, ¿verdad?
Sociedades supernicho. Como puedes imaginar, son menos comunes que los tipos de sociedades anteriores, pero puede que te toque el gordo. Por ejemplo, ahora hay bastantes sociedades de Harry Potter y de Juego de Tronos.
Si resulta que no existe una sociedad para tu pasión, ¿por qué no creas una? Alguien tiene que poner en marcha estas cosas, y piensa en cómo aumentará tu notoriedad entre tus compañeros.
Contribuir a los debates del seminario
Ya tienes un interés común con cada uno de tus compañeros de curso: la asignatura que estás estudiando.
Si participas en los debates del seminario, demostrarás que eres abierto, colaborador y apasionado; en otras palabras, el tipo de persona con la que da gusto estar y con la que es divertido hablar.
Por supuesto, algunas personas tienen más confianza que otras cuando se trata de debates en clase, así que puede que tengas que empezar con algunos "pasos de bebé", como entablar conversación con uno o dos compañeros por separado. Haz sólo lo que te resulte cómodo, pero si consigues tener la confianza necesaria para hablar más en los seminarios, será más probable que tus compañeros se acerquen a ti.
Mantente ocupado y di sí a las invitaciones
La nostalgia es una criatura engañosa y horrible. En un momento estás bien; al siguiente te sientes solo y añoras cosas de casa.
Desgraciadamente, no hay cura para la morriña: sólo tienes que sobrellevarla. Durante este tiempo, puede ser demasiado fácil refugiarse en la comodidad solitaria de tu alojamiento en lugar de jugar en el campo social.
Lo que ocurre es que, si adquieres fama de rechazar invitaciones y desviarte de los actos sociales, es posible que esas invitaciones dejen de llegar por completo. Esperemos que no, pero existe la posibilidad.
No tienes por qué decir que sí a todas las invitaciones; simplemente intenta asistir a la mayoría de los actos que sepas que te interesan. Saliendo así, automáticamente tendrás más probabilidades de conocer gente nueva y forjar amistades significativas.
En ese sentido...
Mantén la puerta abierta
Los universitarios novatos son maestros del disfraz.
Aunque pueda parecer que tus nuevos compañeros de piso y de curso se toman la experiencia con calma, en realidad están exactamente en el mismo barco que tú, lo que significa que pueden sentirse nerviosos y aprensivos, a pesar de las sonrisas y la confianza exterior.
Tanto si tienes morriña como si te va bien, ser un buen vecino es lo correcto. Les ayudará a ellos y te ayudará a ti, así que es un beneficio mutuo. Pero eso no se puede hacer con una puerta cerrada, ¿verdad?
Así que procura dejar la puerta entreabierta antes de acostarte (la mayoría de las veces, al menos), e incluso ponle una nota de bienvenida, para dejar claro que te apetece charlar y tomar una cerveza.
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