Los mejores alimentos cerebrales para los estudiantes
Alimentar tu cuerpo adecuadamente es una de las claves para prosperar en la universidad, tanto académicamente como en otros aspectos. Cuanto más nutritiva sea tu dieta, mejor funcionará tu cerebro y más feliz te sentirás en general.
Los distintos alimentos afectan al cerebro de distintas maneras, por lo que no es exagerado decir que tu dieta tiene un impacto enorme y directo en tu estado de ánimo. En otras palabras, come bien para sentirte bien.
No hay nada malo en darse un atracón de McDonald's o una fiesta de Domino's de vez en cuando -son deliciosos, admitámoslo-, pero no dejes que se conviertan en rituales diarios. Lo mismo se aplica a la comida que cocinas en casa: no te pases con las patatas fritas al horno, las salsas de pollo, las pizzas Chicago Town y el resto de ese tipo de cosas. Necesitas los nutrientes de los alimentos frescos y no procesados. Deja la comida basura para los fines de semana o, mejor aún, para las ocasiones especiales.
Teniendo esto en cuenta, aquí tienes algunos alimentos para llenar tu cesta cuando vayas a comprar comida.
1. Aguacates
Los aguacates contienen vitaminas (concretamente B, C, E y K) y grandes cantidades de grasa monoinsaturada (es decir, el tipo de grasa que es realmente buena para ti, no la que te obstruye las arterias). La vitamina K aumenta tus niveles de función cognitiva, y la grasa monoinsaturada reduce tu colesterol "malo" (LDL) al tiempo que aumenta tu colesterol "bueno" (HDL). El aguacate también reduce la tensión arterial, lo que facilita la circulación de la sangre por el cuerpo y hacia el cerebro.
Y, como sin duda habrás visto en Instagram y en los cafés foodie, se pueden hacer muchas cosas con un aguacate:
- Tómalo en rodajas junto a huevos escalfados o revueltos sobre una tostada
- Tritúralo con chile cortado en dados finos y zumo de lima para crear un buen bol de guacamole
- Córtalo en trozos y échalos en una ensalada de hojas verdes
Entiendes lo esencial.
2. Verduras de hoja verde
Por sí solas, las verduras de hoja verde son poco excitantes, no podemos ni queremos negarlo. Pero son muy nutritivas: llenas de antioxidantes, ricas en fibra, bajas en grasas y calorías, ricas en vitamina C y ácido fólico, y mucho más. (Además, son muy baratas, ¡lo que es estupendo tanto para tu bolsillo como para tu cabeza!)
El brécol, las espinacas y la col rizada son tres verduras de hoja verde con las que puedes ser creativo fácilmente. Aquí tienes algunos ejemplos de cómo utilizarlas de forma no aburrida:
- Echa brócoli extra en un salteado
- Utiliza las espinacas en una tortilla o una ensalada
- Añade berza frita a un plato de pasta con mucha peste
3. Pescado azul/graso
Los ácidos grasos omega-3 son famosos por sus beneficios para la salud, y el pescado está lleno de ellos. El EPA y el DHA son tipos de omega-3 que se encuentran en el pescado azul y en el cerebro humano, de modo que comiendo pescado azul estás completando el suministro de EPA y DHA de tu organismo.
¿Por qué es importante? Porque los estudios han demostrado que consumir niveles elevados de EPA y DHA puede ayudar a estimular la liberación de serotonina, la sustancia química que te hace sentir bien.
La caballa ahumada y las sardinas en conserva son probablemente los tipos de pescado graso más asequibles que puedes conseguir, ¡y son los más ricos en omega-3! Pero hay muchas otras opciones si quieres darte un capricho un poco más lujoso:
- Salmón salvaje
- Atún blanco
- Fletán
- Trucha de agua dulce
(Si eres vegetariano o vegano, no te preocupes: en la siguiente sección te informaremos sobre los omega-3).
4. Tuercas
La mayoría de los tipos de frutos secos contienen ácidos omega-3, pero algunos están repletos de ellos (como los anacardos y las nueces). Además, todos los tipos contienen vitamina E, que ayuda a que tu función cognitiva funcione bien, y contienen esas grasas saludables que mantienen baja tu tensión arterial y tu nivel de colesterol LDL.
Hay que tener en cuenta que los frutos secos tienen muchas calorías -algunos más que otros- y son muy sabrosos, pero un par de puñados al día es una cantidad perfectamente razonable.
Son una buena alternativa a las patatas fritas, el chocolate y las galletas (¡mucho mejores para tu cuerpo y tu mente!), e incluso puedes incorporarlos a tus comidas: anacardos en salteados, por ejemplo. Y cuando te apetezca un capricho dulce, prueba a hacer una tarta de nueces; necesitarás bastante azúcar, pero al menos lo equilibrarás... más o menos.
5. Arándanos y grosellas negras
Los antioxidantes ayudan a defender tu cuerpo y tu sistema inmunitario contra el "daño oxidativo", que contribuye a cosas como el envejecimiento prematuro y la degeneración de las células. La investigación científica sugiere que seguir una dieta rica en antioxidantes puede mejorar enormemente el rendimiento y la resistencia de tu cuerpo, lo que, por supuesto, incluye tu cerebro.
De todos modos, los arándanos y las grosellas negras son magníficas fuentes de antioxidantes (y vitamina C), así que deberías comer muchos. Te sugerimos que los mezcles con yogur griego, que probablemente parezca un tópico de la alimentación sana, pero es muy sabroso.
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(Fotos cortesía de Unsplash.)