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Consejos de estudio para estudiantes

El cambio de la enseñanza secundaria a la universitaria es muy grande, así que es normal que al principio te sientas un poco intimidado. Las clases y los seminarios te darán la información clave, pero entre medias tendrás que investigar y prepararte por tu cuenta.

Puede parecer un reto, pero con un poco de planificación lo harás bien. Una vez que le cojas el truco, el estudio independiente es genial: puedes trabajar como quieras, cuando quieras. Aquí tienes nuestros cinco mejores consejos.

1. Averigua qué tipo de alumno eres

Todos los psicólogos están de acuerdo en que aprendemos de forma diferente, y el modelo VARK resume los cuatro modos principales:

Probablemente ya tengas una buena idea de cuál eres, pero un rápido cuestionario VARK sobre el tipo de aprendizaje puede confirmarlo. Muchos de nosotros aprendemos de una combinación de formas, así que ten en cuenta las puntuaciones que obtienes para cada tipo.

Tu aprendizaje en clase viene dictado por el enfoque de tu profesor, pero en tu propio estudio puedes hacer tuya la información, en la forma que elijas. Si eres del tipo visual, puedes convertir los aburridos apuntes en atrevidos mapas mentales, y si eres del tipo sonoro, ¿por qué no organizar un grupo de debate? Los lectores y escritores pueden llevar a cabo su propia investigación, y si eres kinestésico prueba a ver demostraciones en YouTube.

2. Organiza tus estudios

Apuntes, folletos, listas de lectura: al final del trimestre habrás reunido una montaña de papeles, así que ahorra tiempo ordenándolos sobre la marcha.

Ten una carpeta distinta para cada asignatura, e intenta archivarlo todo al final de cada día. Dedicar un par de minutos a repasar tus apuntes te ayudará a recordar, y cuando llegue la hora de repasar sabrás exactamente dónde encontrarlos. Lo mismo vale para el material digital: mantén tus documentos organizados.

Planificar tu tiempo es otra parte importante del estudio independiente. Puede que ahora te parezca una lata, pero nos lo agradecerás cuando estés de fiesta el fin de semana, mientras tu compañero de piso se pasa la noche en vela para cumplir un plazo.

Tener una rutina te hará más fácil resistirte a los vídeos de animales monos, a las maratones de Call of Duty y a la televisión diurna. Planifica aproximadamente en qué temas vas a trabajar cada día, dejando tiempo para descansos y recompensas. Las aplicaciones de productividad como 30/30 te permiten programar tu tiempo con tanto o tan poco detalle como quieras, dándote tareas claras y límites de tiempo con los que trabajar.

Márcate objetivos claros para cada sesión: algo tan sencillo como "leer 20 páginas" o "hacer un mapa mental". Esto te dará concentración y dirección, y te recompensará con una sensación de logro cuando termines.

Y por último, organiza tu espacio de trabajo para que estés en la zona en cuanto te sientes. Si te gusta trabajar en tu habitación, asegúrate de que haya un espacio agradable y despejado para concentrarte, y quizás ten preparada algo de música. Si trabajas en una biblioteca, ven armado con abundante agua y tentempiés saludables para limitar los viajes de distracción a la máquinas expendedoras.

3. Dedícale tiempo al trabajo

Si estuvieras entrenando para una maratón no intentarías correr durante doce horas al día, ¡así que tampoco intentes estudiar de esa manera!

La mayoría de la gente sólo puede concentrarse durante unos 30 minutos antes de que su mente empiece a divagar, así que, a menos que hagas descansos regulares, las horas que te obligues a trabajar valdrán cada vez menos. Si no consigues concentrarte en una fórmula, o no sabes cómo escribir la conclusión, una taza de té y una charla rápida en la cocina pueden ser todo lo que necesitas para volver a poner en marcha tu cerebro.

Hacer algo completamente distinto te proporcionará el descanso más eficaz, así que si ya estás mirando fijamente la pantalla del ordenador, revisar tus redes sociales puede no ser tan beneficioso. Salir a dar un paseo, escuchar música o fregar los platos es más probable que proporcione a tu mente el cambio de aires que necesita.

Asegúrate también de dedicarte tiempo de calidad para relajarte después de terminar el trabajo. A algunas personas les gusta hacerlo todo durante la semana para poder aprovechar al máximo los fines de semana, mientras que otras prefieren hacer periodos más cortos cada día. Sea lo que sea lo mejor para ti, establece límites claros entre trabajo y ocio, y no te sientas culpable por darte tiempo libre.

4. Investiga de forma inteligente

Muchos cursos exigen que investigues para preparar las clases y las redacciones. Enfrentados a una enorme biblioteca universitaria y a recursos en línea casi ilimitados, encontrar la información más relevante y autorizada puede parecer una tarea imposible.

Sin embargo, no hay necesidad de reinventar la rueda, y si sabes dónde buscar, verás que a menudo la búsqueda ya se ha hecho por ti.

Tus profesores llevan años leyendo este material, así que sus recomendaciones son un buen punto de partida. Consulta las listas de lectura de tus clases, la información del curso y el sitio web de la biblioteca de la universidad: los libros y artículos que encontrarás aquí tendrán el nivel de dificultad adecuado y deberían estar disponibles fácilmente.

Google es el puerto de escala habitual de la mayoría de la gente cuando busca información, pero cuando se trata de un trabajo universitario es mejor que te dirijas al sitio web de la biblioteca de tu universidad. La mayoría de ellas tienen ahora un cuadro de búsqueda mágico que rastrea todos sus recursos digitales e impresos para encontrar exactamente lo que buscas, con enlaces directos a muchos artículos en línea. Puedes estar seguro de que así encontrarás fuentes fiables y precisas.

A mucha gente le gusta subrayar los puntos clave o tomar notas mientras lee. Es una táctica estupenda, especialmente útil para repasar, pero cuidado con volverse loco con los bolígrafos de colores.

Si estás subrayando todas las palabras excepto "el", "y" y "pero", o escribiendo notas tan largas como el propio artículo, entonces no estás procesando la información adecuadamente. Concéntrate en destacar sólo los puntos más importantes, y acabarás comprendiéndolos mucho mejor.

5. Pregunta si necesitas ayuda

Ahora estás haciendo un trabajo de nivel universitario, así que habrá momentos en los que no acabes de entender algo. Cuando esto ocurra, es importante que pidas ayuda y no te quedes en silencio.

Hablar con tus amigos es un buen punto de partida, ya que probablemente podrán explicártelo en tus términos. Recuerda que estás pagando el curso, así que no tengas miedo de preguntar también a tu tutor. La mayoría tienen horas de consulta semanales en las que puedes ir a hablar con ellos, o puedes enviarles un correo electrónico a email .

Escribir una redacción completa puede ser todo un reto, por lo que muchas universidades ofrecen ahora cursos y sesiones sin cita previa para ayudar a los estudiantes con la redacción académica. Tu tutor, el personal de la biblioteca o el Sindicato de Estudiantes deberían poder informarte sobre el apoyo disponible.

El lugar perfecto para volver a casa

Cuando trabajas y te diviertes mucho, es importante tener el lugar adecuado para volver a casa. En el alojamiento de Student Housing Company puedes disfrutar de un ambiente elegante y relajado, con prácticos servicios como wifi gratuito, Freeview y facturas de servicios incluidos en el alquiler.

Echa un vistazo a nuestras ubicaciones, y sigue leyendo nuestro blog para obtener más consejos sobre cómo sobrevivir a la vida de estudiante.