Cómo aprovechar al máximo tu biblioteca universitaria
Seguro que ya has ido a la biblioteca de tu universidad, quizá para comprar un libro para el curso o un café. Pero, ¿le estás sacando realmente partido? Hay montones de recursos y servicios que te facilitarán el estudio y te permitirán sacar mejores notas. Descubre más en nuestra guía.
Encuentra tu espacio
La mayoría de la gente piensa que las bibliotecas son lugares polvorientos y aburridos donde te gritan por pensar demasiado alto. Puede que fueran así hace 30 años, pero en las bibliotecas universitarias de hoy en día se trabaja como se quiere y cuando se quiere.
Sí, habrá zonas en las que tendrás que trabajar en silencio -y para algunas personas eso será justo lo que necesitan para clavar esa redacción-, pero también encontrarás sofás en los que podrás acurrucarte con un libro o hablar con un amigo. También puede haber salas de estudio en grupo que puedes reservar, perfectas para reunirse en torno a un proyecto.
Tampoco estás limitado a trabajar de nueve a cinco. Durante el curso, la mayoría de las bibliotecas universitarias abren las 24 horas del día, de modo que los noctámbulos pueden trabajar tranquilamente a medianoche y los madrugadores pueden dedicar un par de horas antes de las clases.
Investiga a la manera del siglo XXI
Investigas en Internet todo el tiempo: desde los horarios de los cines hasta la nueva música, o qué comer para merendar. Así que, ¿por qué limitarte a libros más antiguos que tú cuando se trata de tu trabajo universitario?
Pero no te vuelvas loco en Google o Wikipedia, mejor dirígete al sitio web de tu biblioteca. Aquí encontrarás los últimos libros electrónicos para leer en línea o descargar. También hay miles de artículos de revistas académicas, muy actualizados y afortunadamente breves.
Puedes acceder a los recursos online sin moverte del sofá, y son mucho más fáciles de buscar y filtrar que el material en papel. El sitio web de tu biblioteca tendrá un motor de búsqueda especial que puede cribar miles de libros, artículos y capítulos digitales en cuestión de segundos.
Hazte con casi cualquier libro
Resulta muy molesto cuando descubres un libro que parece muy útil y te encuentras con que tu biblioteca no dispone de él. Por un módico precio (normalmente una libra más o menos) puedes conseguir que te envíen un ejemplar desde otra biblioteca de algún lugar del país. Muchos procederán de la Biblioteca Británica de Londres, que, con 170 millones de ejemplares, es la mayor biblioteca del mundo.
Y si hay un libro popular que tiene la biblioteca pero que nunca puedes conseguir, ¿por qué no les pides que te compren un par de ejemplares más? Una buena parte de tu matrícula se destina al presupuesto de la biblioteca, y por lo general están dispuestos a aceptar peticiones y sugerencias sobre cómo gastarla.
Escanea, copia e imprime a tu antojo
Puede que no utilices mucho los ordenadores de la biblioteca, pero sus impresoras y fotocopiadoras te serán útiles de vez en cuando. Escanea fragmentos útiles de libros y envíatelos a email en formato PDF para conservarlos, o haz copias de exámenes antiguos para ayudarte a repasar. También podrás imprimir, a todo color y en papel de gran tamaño. Eso sí, ¡asegúrate de no agotar tu saldo demasiado rápido!
En muchas bibliotecas también encontrarás servicios como plastificado y encuadernado, para cuando quieras que tu trabajo tenga un aspecto aún más impresionante.
Pide ayuda
El paso del colegio o instituto a la universidad es un gran paso: de repente se espera de ti que gestiones tu propio tiempo, que investigues por tu cuenta y que redactes extensas redacciones repletas de complicadas notas a pie de página. Todo el mundo tarda un tiempo en acostumbrarse, pero si te cuesta encontrar tu sitio, puedes encontrar ayuda en tu biblioteca.
La mayoría de las bibliotecas universitarias ofrecen apoyo en la transición, desde talleres sobre cómo referenciarse correctamente hasta consejos sobre redacción académica. Echa un vistazo a la página web de la biblioteca de tu universidad para obtener más información.
Y no olvides que el personal también está a tu disposición para ayudarte a orientarte en los recursos, así que si no encuentras ese libro tan molesto o no tienes ni idea de por dónde empezar a investigar, ¡pregúntale!
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