Es un momento de descanso muy apreciado, pero para muchos estudiantes, las vacaciones de invierno traen consigo la necesidad de centrarse en los libros tanto como en las cajas de pasteles de carne picada. Por eso hemos preparado este blog con cinco consejos que te ayudarán a encontrar un buen equilibrio entre el repaso y la relajación, y a ponerte las pilas en enero. 

Averigua cuál es tu mejor forma de estudiar 

Cada uno tiene su forma preferida de repasar, pero en términos generales, hay dos enfoques que entran en juego en Navidad: poco y a menudo, o todo de una vez. El primero puede ser estupendo para dividir lo que puede parecer una montaña de trabajo en trozos diarios, sin dejar de tener tiempo para ver a la familia y los amigos, pero requiere un poco de disciplina para resistir la tentación de saltarse cada día el tiempo de estudio programado. Una alternativa podría ser reservar unos días al principio de las vacaciones para dedicarlos a todo, lo que te daría tiempo para disfrutar del resto de las vacaciones. Desde el principio, averigua qué tipo de enfoque te va a funcionar mejor e intenta ceñirte a él. 

Encuentra una zona de estudio que se adapte a ti 

Además de un enfoque eficaz para programar tu estudio, necesitarás un espacio decente en el que hacerlo. En esta época del año, las casas pueden ser escenarios de auténtico caos, con parientes ruidosos desbocados, por lo que la respuesta puede estar un poco más lejos: tal vez la biblioteca local o una cafetería cercana puedan proporcionarte la paz y el espacio suficientes para maximizar realmente la productividad. Si trabajas en casa, intenta encontrar una zona tranquila y despejada, y avisa a tu familia de que estás estudiando, para que sepan que no deben molestarte. 

Tómate descansos regulares y prémiate 

Tanto si haces un maratón como si te tomas las cosas a trozos, es muy importante tener en cuenta los hitos, los descansos y las recompensas para dividir el estudio. Antes de empezar, planifica cuánto vas a hacer en cada sesión, qué temas vas a tratar y cuándo serán los descansos. Esto evitará que el alcance de tus sesiones se desplace, manteniendo la concentración y la energía. También puedes poner en marcha un sistema de recompensas por alcanzar determinados hitos de estudio. ¿Pastel de carne al final de cada jornada? Sí, por favor. 

Mantente activo 

Volver a casa de la familia por Navidad, aunque sea con trabajo, hace que sea tentador pasarse cuatro semanas en pijama, moviéndose entre la cama y el sofá. No olvides la importancia del aire fresco y el ejercicio, ambos beneficiosos para el estudio, pero también para el bienestar general. Diciembre y enero pueden ser épocas brillantes del año para caminar, ya que te dan la oportunidad de disfrutar de bocanadas de aire fresco y limpio y de mucho tiempo para reflexionar y pensar. Si estás en una ciudad, intenta ir a un parque y dar unas vueltas, te lo agradecerás. 

No te olvides de disfrutar 

Cuando llegas a casa con lo que parece una montaña de trabajo por hacer, puede ser fácil sentirse un poco abrumado y perder de vista el hecho de que se supone que estás de vacaciones. La principal razón para repasar durante las vacaciones de Navidad es poder empezar a estudiar y a hacer los exámenes en enero, pero eso no funcionará tan bien si estás agotado y estresado por haber trabajado durante las vacaciones. Cuando elabores tu plan de repaso, incluye mucho tiempo libre real, incluidos todos los acontecimientos familiares importantes y todo lo que quieras hacer con tus amigos desde casa. Tómate algunos días libres, pero sé sensato y asegúrate de que no estás acumulando demasiado trabajo para el final de las vacaciones. 

Con estos consejos esperamos que consigas equilibrar el repaso y la relajación durante las vacaciones y que vuelvas en enero sintiéndote renovado y por delante de tus estudios. Buena suerte y, mientras tanto, ¡te deseamos todo lo mejor en Uninest!