Cómo la limpieza de primavera se convierte en un juego de niños
En cuanto los pájaros trinan fuera por la mañana, los días vuelven a ser más largos y los rayos del sol hacen visibles las partículas de polvo en el aire, surge la fiebre anual de la primavera: Fuera todo se vuelve fresco y verde. Es hora de que las cosas también se pongan frescas dentro de tu piso. Pero, ¿cuál es el mejor lugar para empezar a combatir el polvo del invierno, las ventanas grises, etc.? Sólo la acción estratégica ayuda, por ejemplo con los 6 consejos que hemos reunido para ti.
1. Las listas de control no son sólo para estudiar
La limpieza de primavera te resultará más fácil si programas un día específico para ello. Así podrás mentalizarte para ello. Lo mejor es hacer un plan de limpieza de primavera y una lista con los utensilios que necesitas para ello y los que tendrás que conseguir unos días antes. Por ejemplo, son importantes los siguientes
- Trapos de limpieza (para el suelo, para el polvo y uno para el baño y otro para el inodoro), cubo de limpieza, paño de microfibra, papel de cocina
- Si es necesario, cepillos de dientes viejos para los espacios estrechos o las juntas
- Productos de limpieza como limpiacristales y multiusos, limpiadores de baños y, posiblemente, leche limpiadora para marcas persistentes
- Guantes de goma
- Aspiradora, escoba y fregona
Si quieres prescindir de los productos químicos agresivos, puedes utilizar limpiadores domésticos como la sosa, el vinagre y el ácido cítrico para limpiar, o buscar limpiadores ecológicos en la tienda. Muchos se componen sólo de ingredientes naturales y no irritan tus vías respiratorias. En realidad, la sosa es un todoterreno barato. Ayuda contra las manchas de cal, los malos olores, los insectos en los cristales de las ventanas y mucho más.
Pero volvamos a nuestro programa de limpieza de primavera. Después de los utensilios, haz una lista de las distintas zonas que quieres ir limpiando poco a poco:
- Sala de estar y dormitorio
- Cocina
- Baño
No olvides ir tachando tu lista de tareas poco a poco. Así no sólo te quitarás de la cabeza las tareas pendientes, sino que también podrás ver cómo tu lista se hace cada vez más pequeña.
2. La automotivación es la mitad de la batalla
Claro que no a todos nos gustan las tareas domésticas y nos excitamos cuando olemos vinagre limpiador. Para que sigas divirtiéndote, escucha tu lista de reproducción favorita o canciones que escuchaste por última vez hace años. Esto hará que limpiar sea mucho más fácil -hablamos por experiencia propia 😉 .
Es mejor empezar con la limpieza de primavera justo después del desayuno, porque en ese momento probablemente tendrás más ganas de hacerlo. Cuanto más tarde sea, más te llamarán los amigos o el sofá.
3. Ordenar crea espacio
Lo primero que debes hacer es ordenar, ¡y esto se aplica a todas las habitaciones! Todos los objetos que estén tirados se devuelven a su lugar habitual, se limpia el armario si es necesario y se guarda la chaqueta gruesa de invierno. La ropa sucia y las toallas viejas se meten en la lavadora. Los documentos viejos para la universidad que ya no necesites se pueden tirar. Los libros prestados se guardan para devolverlos.
Y ya que estás, puedes empezar a limpiar. Por ejemplo, la decoración navideña que lleva meses fuera y otros objetos que atrapan el polvo o la ropa que nunca te ha gustado. El armario del baño suele ofrecer un gran potencial. 80/20 es la proporción media de cosas que no necesitas frente a cosas que necesitas. Así que fuera el 80% que ocupa espacio innecesario.
Y ya puedes sentirlo mientras despejas: Esto no sólo crea espacio y orden en la vivienda, sino también en tu cabeza.
4. Limpieza con un sistema
Trabaja de una zona a otra. Lo mejor es empezar por la zona de estar y dormir, ya que allí pasas la mayor parte del tiempo y probablemente es donde hay más cosas que hacer.
Después de limpiar, las motas de polvo se hacen aún más visibles. Lo mejor es limpiar el polvo desde las superficies superiores hacia abajo. Y recuerda: El polvo está en todas partes. En los radiadores, en los muebles y las plantas, los libros, las estanterías e incluso en los cajones. ¡Y no te olvides de los zócalos!
Después de luchar contra el polvo, es hora de las ventanas. Pulveriza el limpiacristales de arriba abajo sobre los cristales (por dentro y por fuera) y luego pásales un paño húmedo de arriba abajo y de izquierda a derecha. Al final, puedes conseguir el famoso brillo sin rayas con la ayuda de unas mallas de nailon, papel de periódico, un papel de cocina o un paño para cristales (puedes conseguirlos a bajo precio en tu tienda habitual). Mojas el paño de cristal con agua fría, lo escurres sin gotear y limpias la ventana, y al final no habrá rayas.
Después, dependiendo del suelo, se utilizan aspiradoras y fregonas. Al aspirar, recuerda también mover los muebles grandes. El polvo y las piezas pequeñas suelen acumularse debajo de ellos (si vuelves a buscar tu coletero: puede que estuviera escondido ahí 😉 ). Cuando limpies con un paño húmedo, procura no utilizar demasiada agua para que el suelo no se hinche y pueda secarse más rápidamente.
5. Puesta a punto en el baño y kitchenette
El siguiente paso es el cuarto de baño y la kitchenette -idealmente en este orden, ya que seguramente tendrás que ir más a menudo a la zona de la cocina para coger productos de limpieza o cambiar el agua. Volviendo al baño: asegúrate de utilizar trapos adicionales para el baño (especialmente para el inodoro). Además del lavabo, también hay que fregar la ducha y limpiar a fondo el inodoro. Las marcas de cal en las griferías también pueden abordarse como parte de la limpieza de primavera. Con vinagre, cola o pasta de dientes puedes utilizar fácilmente remedios caseros de eficacia probada 😊.
Lo último que hay que hacer es ocuparse del kitchenette. Echa un vistazo a los cajones y armarios. Además de polvo y migas, aquí suelen acumularse alimentos caducados. Limpia a fondo la parte trasera de la cocina de salpicaduras de grasa. Puedes hacer frente a la pátina de tu microondas con sencillos remedios caseros: llena una taza hasta la mitad con agua y añade dos cucharadas de vinagre. A continuación, calienta la mezcla en el microondas al nivel más alto durante dos a cinco minutos. Limpia el interior del microondas con un paño húmedo y listo. También debes limpiar el frigorífico de vez en cuando con agua con vinagre y descongelar el congelador si es necesario. ¡Sería una buena idea hacerlo durante la limpieza de primavera!
6. Disfruta
Después de toda la limpieza, ahora es el momento de descansar en el sofá para disfrutar del ambiente ordenado y fresco. Y si aún tienes energía, aporta algo de color y naturaleza a la habitación con un ramo de flores o una planta en maceta para aumentar la sensación primaveral. Adelante, empieza a planificar, ¡y prepárate para la primavera! Disfruta 😊