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Es esa época del año de nuevo, en la que el sol empieza a brillar, las tardes se alargan y hay un ambiente general de despreocupación en el campus. Pero espera un segundo, porque eso no es del todo cierto, ¿verdad? Hay algo que acecha a la vuelta de la esquina, que te hace sudar los nudillos y te produce una desagradable sensación en el estómago. Hablamos de los exámenes, e incluso pensar en ellos puede bastar para que te entre el pánico. Pero no tiene por qué ser así. Porque nuestra guía para preparar una rutina de estudio sensata, mantenerte en forma y controlar el estrés está aquí para echarte un brazo al hombro y decirte que lo tienes controlado.

Organiza tu espacio de estudio

Es hora de averiguar si realmente hay un escritorio debajo de todas esas carpetas, papeles y folletos desechados. Si es así, ahora es el momento de organizar el portátil, los apuntes y los libros de texto para preparar tu horario de estudio. Ah, y asegúrate de haber eliminado cualquier distracción. Eso significa limitar el acceso a Facebook de tu portátil y eliminar esos juegos adictivos.

Comprueba la fuente de luz para no forzar la vista, y asegúrate de que la silla no te va a dañar la espalda. Pero no te pongas demasiado cómodo, porque no querrás despertarte con el café derramado y el papel mojado pegado a un lado de la cara a las 3 de la madrugada.


En realidad, evita esas sesiones de empollar y trasnochar

Nadie está sugiriendo que tengas que sentarte durante horas y horas atiborrando tu cerebro de información. De hecho, estamos diciendo que no lo hagas. Es mucho mejor sumergirte en tus estudios durante media hora o así cada vez y luego tomarte un pequeño respiro. Come unos frutos secos o da una vuelta a la manzana antes de empezar la siguiente sesión de estudio.

¿Y esas noches enteras que muchos estudiantes pasan antes de los exámenes? En realidad son una mala idea. Las investigaciones sugieren que esas sesiones nocturnas de estudio sin dormir pueden perjudicar tu memoria y tu razonamiento durante días, y podrían dejarte dando tumbos en los exámenes y luchando por concentrarte cuando más lo necesitas.

Así que duerme más y estudia menos. No es mal consejo, ¿eh?


Estudios Alfresco

Quienquiera que fuera el genio que decidió poner los exámenes en los meses más calurosos del año no estaba pensando en la tentación de las cervecerías al aire libre, sobre todo en momentos de estrés, pero eso no significa que no puedas llevarte tus materiales de estudio al parque cuando hace buen día. Incluso podrías deslizarte hasta una discreta cabina en una cafetería o biblioteca y ponerte al día con unos cuantos capítulos del texto. De hecho, el aire fresco y un cambio de aires son formas estupendas de ayudar a tu cerebro a absorber más información. Pero recuerda, resiste la tentación de esa cervecería al aire libre, porque llevar tus apuntes de estudio al bar nunca va a funcionar.


Suda los exámenes

El ejercicio no sólo te hará sentir mejor, reducirá los niveles generales de estrés y te mantendrá sano, sino que puede mejorar tu memoria. De hecho, sólo veinte minutos de baile, footing o incluso caminar a ritmo rápido bastan para preparar tu cerebro para almacenar información. Así que, tanto si ya tienes una rutina de ejercicios como si estás pensando en hacerla, ponte el chándal y empieza a romper moldes.


Come alimentos para el cerebro

Puede que esa bebida energética te dé un empujón durante una hora o así mientras estudias, pero antes de que te des cuenta, tus niveles de energía se desplomarán y no podrás concentrarte. De hecho, cualquier comida basura azucarada, con carbohidratos (y, sí, reconozcámoslo, deliciosa) va a entorpecer tu preparación para los exámenes. Así que deja la hamburguesa para después de la época de exámenes, si es necesario, y en su lugar abastécete de frutos secos, semillas, yogures y bayas. Ah, e introduce algo de pescado azul en tu dieta. Todos estos alimentos son estupendos para ayudar a la concentración de un modo que un perrito caliente o unos fideos de bote sencillamente no son. Y cuando llegue el día del examen, no te saltes el desayuno. Asegúrate de comer bien, para tener energía de liberación lenta durante todo el examen, no importa si son cincuenta minutos o tres horas.


La noche anterior

Aparte de comprobar dos veces que el despertador está puesto, ¿cuál es la mejor manera de pasar la noche antes de un examen? Mira tu programa favorito, habla con tus amigos y, en general, busca la forma de hacerte reír. Te relajará, reducirá tus niveles de estrés y te permitirá dormir mejor. Y si sientes la necesidad de hacer un repaso de última hora, adelante, pero sabe cuándo parar. Dormir es igual de importante.


Estudiar con estilo

Al fin y al cabo, cada persona se prepara para sus exámenes de una manera diferente. Pero dedicar tiempo ahora a tener un plan es importante y te dará la mejor oportunidad de obtener las notas que deseas. Y si buscas una base cómoda, estable y relajante con mucho espacio para estudiar, echa un vistazo a lo que te ofrecemos.