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Irse a la universidad es un gran acontecimiento en la vida. Para muchos de nosotros, es el primer paso en nuestro camino hacia la edad adulta. En la universidad disfrutamos de nuestra independencia, aprendemos a ser autosuficientes y todas esas cosas de adultos.

A pesar de lo gloriosa que llega a ser la vida estudiantil, al principio puede ser todo un shock para el sistema, ¡incluso si eres bastante independiente para empezar (o pensabas que lo eras)!

Sentir nostalgia durante tus primeras semanas y meses en la universidad es perfectamente natural, porque estás en medio de un cambio completo de estilo de vida. Las causas de la morriña son tan diversas que es difícil prescribir una cura, pero siguiendo algunos de los consejos que compartimos a continuación, puede que te des cuenta de que empiezas a adaptarte más rápidamente de lo que esperabas.

Éste es nuestro consejo general:

LLAMA A CASA REGULARMENTE

Lo creas o no, no tienes por qué cortar toda comunicación con tus padres y seres queridos una vez que te mudas a la universidad.

Si echas de menos a tu familia, coge el teléfono y llámalos, ¡es muy sencillo! El sonido de sus voces te reconfortará, y sin duda estarán encantados de saber de ti y querrán saber cómo te va.

No sientas que tienes que guardar silencio de radio para demostrar lo grande y adulta que eres.

MANTENTE OCUPADO

Las primeras semanas en la universidad suelen ser relajadas (desde el punto de vista académico). Hay mucha información que asimilar, pero probablemente tendrás bastante tiempo libre, y aquí es donde a veces puede aparecer la nostalgia.

Hagas lo que hagas, intenta no encerrarte en tu habitación durante tu tiempo libre, ya que es fácil sentirse solo y acabar pensando en qué o a quién echas de menos de casa. En lugar de eso, sal y explora la ciudad a pie. Familiarízate con ella, ¡porque lo necesitarás! O pregunta a uno (o varios) de tus nuevos compañeros de piso si les apetece ir a tomar algo, o ver una película en el cine, o hacer alguna otra cosa divertida.

Si te apetece quedarte en tu habitación y relajarte (porque los primeros días y semanas pueden ser sorprendentemente agotadores), intenta leer un libro por placer, o tal vez ver algo en Netflix: ¡cualquier cosa que te impida pensar en el hecho de que estás lejos de casa!

HAZ COSAS QUE TE GUSTEN

Tus estudios y tu trabajo son sin duda muy importantes, y es aconsejable que empieces con buen pie en los estudios, pero también tienes que dedicarte algo de tiempo a ti mismo. Si no lo haces, puedes acabar estresado y, antes de que te des cuenta, la nostalgia habrá hecho acto de presencia.

Aunque sólo sean veinte minutos aquí o una hora allá, la búsqueda regular de placer hará maravillas. Lee, cocina, haz footing, teje... ¡lo que sea!

Unirte a un equipo o sociedad deportiva puede ser otra forma de aprovechar al máximo tu tiempo libre, porque te presentará a un grupo de personas que comparten al menos uno de tus grandes intereses.

NO TE PASES CON LA FIESTA

Pocas cosas pueden hundir tanto a una persona como una resaca apestosa. Despertarse con un fuerte dolor de cabeza y la boca más seca del mundo es desalentador en el mejor de los casos, pero especialmente cuando no es en la casa de tu infancia.

Esto no quiere decir que no debas salir y disfrutar de una copa con tus nuevos compañeros de piso: por supuesto que debes hacerlo. Pero no te excedas.

Si no has tenido mucha experiencia con el alcohol antes, tómatelo con calma. Tienes que averiguar qué tipo de bebidas te sientan bien y cuáles no, porque es una locura cómo afectan distintas bebidas a distintas personas. Pero -y esto es muy importante- ¡no hagas todas estas pruebas en la misma noche! Limítate a un solo tipo de bebida por noche siempre que sea posible, porque una mezcla de cerveza rubia, sidra y licores basta para poner en un terrible aprieto a cualquier bebedor inexperto.

VETE A CASA EL FIN DE SEMANA

Muchos estudiantes de primer año esperan hasta Navidad para visitar su casa, pero no hay por qué esperar hasta entonces. Un fin de semana en casa al cabo de cinco o seis semanas te vendrá bien si tienes morriña: te recordará que tu hogar no está realmente a un millón de kilómetros de distancia, como podría haber parecido durante las primeras semanas.


UNINEST: AYUDARTE A DISFRUTAR DE LA VIDA ESTUDIANTIL

Proporcionar un alojamiento seguro y cómodo nos ha enseñado un par de cosas sobre la vida estudiantil, por lo que creemos que es nuestro deber compartir consejos y sugerencias que harán que tu viaje de estudiante sea más suave y agradable. No pierdas de vista nuestro blog para leer más artículos como éste.