Un día en la vida de un asistente residente

Este verano me licenciaré en Derecho por la Universidad de Aston, en Birmingham. Durante todo el año he estado compaginando mis estudios con un trabajo en Bentley House. Se trata de un alojamiento para estudiantes de 534 camas construido expresamente, a unos cinco minutos a pie del campus de Aston y a menos de quince minutos a pie de Bullring, el centro cultural del centro de la ciudad.

El papel de Asistente Residente es único. Vivo en la residencia y actúo como un rostro constante de tranquilidad para todos. Paso mi tiempo de trabajo organizando eventos comunitarios en la propiedad, entre otras tareas administrativas que aprovechan mi experiencia previa en prácticas. Por las puertas de la sala común han pasado cientos de personas para participar en actos que van desde la celebración del Día de la Tortita hasta charlas sobre salud sexual.

El acto más popular que hemos organizado este año ha sido el Gran Concurso de Cocina de Bentley. Fue una gran oportunidad para que los pisos combinaran sus mentes creativas y culinarias, rompiendo el estereotipo de que lo único que saben hacer los estudiantes es pasta con queso. Según Paul Hollywood, de Bentley House, juzgar una competición de tan alta calidad fue una tarea muy difícil, aunque sabrosa. También hay que señalar que traer una familia de suricatas fue otro evento muy popular: ¡los animales pueden ser una gran fuente de alivio del estrés para los estudiantes!

Uno de los principales puntos de debate para los proveedores de alojamiento privado para estudiantes es el bienestar. La salud mental, como concepto, no consiste sólo en los episodios graves que alguien pueda sufrir, sino en mantener un entorno en el que alguien pueda abordar los pequeños problemas de su vida antes de permitir que se conviertan en algo mucho más impactante. Aunque todavía no soy un socorrista cualificado en salud mental, cuando he traído a expertos divertidos o serios a nuestros espacios sociales puedo ver que, cuando los estudiantes pueden acceder a asesoramiento y orientación en el lugar donde viven, esto se suma a la eficacia de la red de apoyo de un estudiante.

Suelo trabajar de 15.00 a 17.00 horas y, además de resolver los aspectos mundanos de la vida, como las preguntas sobre las lavadoras, el verdadero objetivo de mi función es ser una cara amable y visible, para que los estudiantes tengan a alguien con quien se sientan cómodos para hablar. Tanto si tienes algo que celebrar como si te sientes mal tras una clase difícil, se trata de hablarlo, antes de que los problemas empiecen a manifestarse.

Este papel ha supuesto un paso fuera de mi zona de confort y esa experiencia se traducirá en una mejor comprensión de los comportamientos de las personas en el entorno empresarial profesional. Personalmente, he podido reflexionar sobre mi tiempo en Bentley House de forma extremadamente positiva, habiendo potenciado mi paciencia y desarrollado mi lado creativo, especialmente al utilizar una amplia gama de medios sociales para comunicarme con nuestros residentes. Como primera residente en Bentley House y una de sus primeras Asistentes Residentes, espero seguir en contacto con el equipo y volver pronto para ver cómo sigue creciendo el programa de bienestar.